LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN



El siglo XXI plantea a la educación una doble exigencia:
  • Transmitir, masiva y eficazmente, un volumen mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos.
  • Hallar y definir orientaciones que permita no dejarse sumergir por las corrientes de informaciones efímeras que invaden los espacios públicos y privados y conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos.

Esto hace más complicado responder a la demanda de la educación, porque ya no basta con almacenar conocimientos desde temprana edad, sino que aprovechar cada oportunidad que le brinda la vida de seguir aprendiendo. Para cumplirlo, la educación debe estructurarse en 4 aprendizajes fundamentales que, en el transcurso de la vida, serán para cada persona los pilares del conocimiento. Estos pilares son los siguientes:

1. Aprender a conocer. Tiende menos a la adquisición de conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los instrumentos mismos del saber. Se puede considerar como un medio y una finalidad. Un medio para aprender a comprender el mundo que le rodea y desarrollar las capacidades profesionales y de comunicación con los demás. Y, una finalidad para justificar el placer de comprender, de conocer, de descubrir. 
  


2. Aprender a hacer. Es indisociable al aprender a conocer. Está más vinculado a la cuestión de la formación profesional y el cambio de paradigma de migrar de la noción de clasificación a la de competencias.




3. Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás. Es una de las principales tareas de la educación contemporánea. Debe de seguir dos orientaciones: enseñar la diversidad de la especie humana, “el descubrimiento del otro” (conocerse a uno mismo, observar y aceptar las diferencias entre los demás) y participar en proyectos comunes, contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas, tareas que deben ejercitarse desde la primera infancia. Disciplinas como la geografía humana, idiomas o literaturas extranjera puede servir de útil referencia para futuros comportamientos y tender a objetivos comunes.



4. Aprender a ser. Está estrechamente ligado con la idea de que todos los seres humanos deben estar en condiciones, y en particular gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico, para ser capaces de elaborar un juicio propio, y así poder determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida.



La enseñanza escolar se orienta sobre todo en el aprender a conocer y, en menor medida, el aprender a hacer. Las otras dos surgen por circunstancia aleatoria. La Comisión considera que estos cuatros pilares deben tener una atención equivalente. De esta forma, la educación, en el ser humano, será global y durará toda la vida en los planos cognoscitivo y práctico. 


Marina Morón Mesa 

Comentarios

Entradas populares