Docente Innovador vs Docente Tradicional









En esta primera entrada del bloque sobre la Innovación más allá de la escuela se pondrá de manifiesto la actitud de un docente innovador frente a otro tradicional. Para ello, voy a apoyarme en el artículo de Javier García-Retamero Redondo  que se puede encontrar en la revista digital “Temas para la educación”.

Actualmente, se cree que el docente innovador es aquel que utiliza los recursos TIC pero sigue manteniendo el mismo método de enseñanza con nuevos recursos. Javier García-Retamero Redondo (2010) expone que la innovación en la educación es mucho más que la utilización de ciertos recursos sino que se basa en el pensamiento crítico, la elaboración de un curriculum tanto grupal como individual y la creación de ambientes en el aula que ayuden al crecimiento del alumnado. Por lo tanto, un docente innovador debe poseer no solo conocimientos sobre su especialidad sino que plantee cambios que proporcione al alumnado las  herramientas que les ayude a “aprender a aprender” y no basados en la memorización. 

¿Podemos decir que es necesario ser un docente innovador? Pues la respuesta es sí, ya que a través de este nuevo enfoque se puede lograr que el alumnado aprenda por sí mismo y quiera aprender. Así como hay que ir cambiando el enfoque del trabajo docente para solucionar los problemas que van apareciendo y no se acentúen en el día de mañana. Otro punto que creo que se debe de tener en cuenta es que hay que cambiar el sistema tradicional en el que el alumnado es un recipiente de información, al cual el docente decide qué información se le da. Todo esto conlleva  a unos/as alumnos/as desmotivados en clase y que no asimilan bien la información ya que no todos poseen las mismas capacidades para captar el contenido planteado. Por lo tanto el docente innovador debe transmitir los conocimientos de tal manera que el alumnado aprenda el contenido pero con herramientas que éste les proporcione y no volcando la información sobre ellos como si fueran un recipiente al que hay que llenar de contenido.

En ese mismo artículo, el autor muestra que para poder llegar a pasar de ser un docente tradicional a uno innovador se debe de estar motivado para el cambio. Un docente desmotivado es muy difícil que llegue a ser un docente innovador. Para ello, hay varios factores que favorecen a esta motivación: por un lado están los factores motivadores que vengan de la administración y por otro lado está la búsqueda de agentes auto-motivadores. Los más comunes son éstos últimos entre los que se pueden destacar: la formación como afán de superación, es decir, el docente debe estar al día de todos los conocimientos de su especialidad y de conocimientos pedagógicos por el mero hecho de querer aplicarlos en su clase; reconocimiento de la labor docente; artículos profesionales entre otros. 

En cuanto a este punto, he de reconocer que hoy en día es bastante difícil llevar a cabo todos estos factores motivadores ya que esta corriente de pensamiento no está muy arraigada en lo que es el campo docente de la educación secundaria. Todo lo contrario que en el campo de la medicina donde todos estos agentes motivadores tienen un gran peso en su carrera profesional. Además, también nos encontramos con numerosas dificultades como es el miedo a perder el control de las cosas y al qué dirán aquellos compañeros que no están dispuestos a asumir el cambio; dificultades económicas o incluso dificultades en las continuas reformas educativas  que solo hacen retrasar los cambios que quieren llevar a cabo los docentes.

Por último, me gustaría destacar un video que refleja claramente la visión que se tiene hoy en día entre el docente tradicional y el innovador a través de la película “El club de los poetas muertos” donde se ve que Robin Williams que es el profesor innovador propone una manera diferente de enseñar planteando herramientas al alumnado que les ayude a llegar a la información requerida y cómo el profesor tradicional le dice que deje esos procedimientos pocos ortodoxos. De esta manera el docente innovador quería demostrar que “el fin de la educación es pensar por uno mismo”.







Autora de la entrada: Jara Beigbeder García

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