PARTICIPACIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD EN LA ESCUELA


Los centros educativos tienen el reto de incluir a todos los alumnos y alumnas, con o sin necesidades educativas especiales (NEE), con el objetivo de aumentar y mejorar sus oportunidades de interacción e integración social. Para lograr este objetivo, la Educación Inclusiva defiende la participación de cada alumno/a independientemente de sus necesidades y particularidades. La inclusión supone la participación activa del alumnado tanto a nivel académico como social, reduciendo los procesos de exclusión y eliminando las barreras.  

Por ello, es necesario que todos los componentes de la comunidad educativa colaboren para conseguir los objetivos de la escuela inclusiva. Los componentes son: familias, profesores y alumnos principalmente, aunque también están los voluntarios y la comunidad. A continuación, se detalla más de los tres primeros.

Participación de las familias

Tanto la participación de la familia como de la comunidad son aspectos claves para el éxito de una escuela inclusiva. Poco a poco, se han ido involucrando más en los centros escolares, pero hay que lograr una mayor participación de las mismas e implicar activamente a la comunidad.
Cuando la familia y los miembros de la comunidad se involucran en los centros educativos, los alumnos y alumnas obtienen mejores resultados. Por tanto, la escuela debe compartir la responsabilidad de todos los alumnos, y facilitar la colaboración entre familias, docentes y alumnado.
Para conseguir que las familias se involucren, se puede hacer de las siguientes maneras:
  • Creando redes con la comunidad.
  • Ofreciendo una información real y útil.
  • Estableciendo buenas relaciones.
  • Desarrollando la confianza.
  • Estableciendo relaciones positivas y proyectos de colaboración e intercambio con otras escuelas de la comunidad.                                                   

Participación de los profesores

Según Bolivar (1996), los equipos directivos deben tener como característica el liderazgo y la capacidad para promover la participación de la comunidad educativa en el proceso de una enseñanza atenta a la diversidad. Las prácticas deben apuntar hacia la innovación buscando el apoyo del entorno e instando a los profesores a asumir roles de liderazgo.

 Farell y Ainscow y West (2008), señala que el éxito de la inclusión está ligado al contexto, a los cambios que se pueden producir en el mismo (profesorado, currículo, tipo de alumnado, problemas familiares, sociales…).

Participación de los alumnos

La inclusión es un proceso en el que todos tienen un rol, de ahí resaltar la importancia de incrementar la participación del alumnado para conseguir la escuela inclusiva, sin ella no se alcanza.

Desde los centros educativos se trabaja para que el alumno alcance una verdadera participación en la sociedad. Todos tienen derecha a la inclusión social, no solo escolar.

Blanco (1999) señala que “las escuelas integradoras representan un marco favorable para lograr la igualdad de oportunidades y la completa participación, contribuyendo a una educación más personalizada, fomentan la solidaridad entre todos los alumnos y mejoran la relación costo – eficacia de todo sistema educativo”.

La Educación Inclusiva implica cambiar la estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica de los centros para dar respuesta a las necesidades educativas de todos, de forma que tengan éxito en su aprendizaje y participen en igualdad de condiciones.  

Por tanto, para alcanzar los objetivos planteados en la Educación Inclusiva es necesario, no solo, diseñar un plan de trabajo sino despertar el interés de los/as alumnos/as, trabajar conjuntamente con todos los implicados, desarrollar todas sus capacidades, etc. Así, para favorecer la participación de todos los alumnos partiendo de cada uno de ellos, es imprescindible que se produzca un cambio organizativo y metodológico. 


Marina Morón Mesa 

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