La ciudadanía imposible. Pensar al sujeto cívico desde una pedagogía de la mirada

Durante milenios, el hombre siguió siendo lo que era para Aristóteles: un animal viviente y además capaz de una existencia política; el hombre moderno es un animal en cuya política está puesta en entredicho su vida de ser viviente.
MICHEL FOUCAULT. La voluntad de saber.

Hay estudios que demuestran que los niños y niñas no les dan tanta importancia a las diferencias físicas (color de la piel) como a la cultura, las costumbres o la forma de vestir. Por ello la educación multicultural debe ayudar a ver en el otro un ser singular. A raíz de este estudia se observa que lo que se requiere es menos una pedagogía de la clasificación y más una pedagogía de la mirada. (Jover y Reyero, 2000).
Para nuestras sociedades es más prioritario eliminar males dolorosos que crear bienes disfrutables. La humillación es un mal doloroso, mientras que el respeto es un bien. Por tanto, es más prioritario eliminar la humillación que ofrecer respeto. (Margalit, 1997, p. 17).
Así, hemos de pensar la ciudadanía como elemento de consolidación de la vida democrática, en relación a cuantos, por circunstancias políticas, económicas y sociales, quedan no ya en los márgenes de una plena ciudadanía, sino desinteresados.

En el sistema educativo español, la educación cívica ha ido adoptando diferentes perfiles en las regulaciones legislativas. Uno de los retos que se plantean es hacer compatible en la formación de los jóvenes el uso de las nuevas tecnologías con la práctica de valores.
Ley de la Calidad de la Educación, indica que son principios de dicho sistema:
a)       La equidad.
b)      La capacidad de transmitir valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad social, y la cohesión y mejora de las sociedades.

Las mejores posibilidades educativas se sitúan en la idea de permitir desde la etapa de educación infantil la autonomía, fomentando el respeto a los derechos humanos, la tolerancia, rechazo de discriminación, defensa de la paz, etc.
De los cuatro valores superiores que propugna el artículo 1 de la Constitución, la libertad destaca como el más apreciado por la juventud. En último lugar se sitúa el pluralismo, por tanto, los jóvenes valoran cuestiones que afectan a su vida cotidiana (el trabajo, la educación y la cultura, la vivienda...), por encima de ideales ético-políticos.
Los jóvenes españoles realizan un balance positivo de los años de convivencia democrática, pero tienen muchas dificultades para identificarse como ciudadanos activos dentro de la misma.

Casi nos atreveríamos a decir que lo que se necesita en nuestras escuelas y en nuestras ciudades es una pedagogía de la mirada capaz en todo caso de sentir repugnancia ante el sufrimiento del otro.
Existe un número de categorías sensibles que convendría recuperar para una formación de la mirada particularmente atenta al aspecto humano del otro que sufre:
-           Una poética del silencio como forma de comunicación, y la opción del silencio,
-          Una imaginación narrativa como un dispositivo esencial para captar las intenciones, los deseos y las creencias de los otros.
-          El tacto y la capacidad de escucha como apertura al mundo afectivo y sentimental de los demás.
-          Descripciones y uso de términos sensibles, se trataría de formar hábitos mentales que nos acostumbren a pensar en términos de descripciones sensibles.

-          Estar atentos al abuso de analogías mentales en la representación del otro.

Rocio Torres Herrera

Comentarios

Entradas populares