EL AULA COMO UNIDAD DE APOYO







 

En las aulas donde se lleva a cabo la inclusión, el apoyo cobra un papel muy importante pero totalmente diferente al concepto tradicional.  El apoyo que se plantea es aquel que promueve la búsqueda conjunta entre todos de soluciones, el diálogo y la colaboración entre profesores de la escuela; es decir, este tipo de apoyo quiere que entre todos los miembros del aula a través del diálogo se construya las soluciones a los problemas que se plantean. Pero lograr esto no es sencillo.

Stainback y Stainback (1999) exponen una serie de rasgos para transformar un aula común en una comunidad de apoyo en un entorno inclusivo:

  •  Fomento de las redes naturales de apoyo: consiste en exponer un método de enseñanza en el que los propios alumnos son el apoyo, es decir, son los propios alumnos los que ayudan y colaboran en el aprendizaje de otros alumnos e incluso puede participar en las adaptaciones individualizadas de alumnos con necesidades educativas más profundas.
  • Apoyo de un experto dentro del aula: el apoyo en la escuela no es solo para un tipo particular de alumno sino que depende de las necesidades de cada uno de los estudiantes, además este apoyo no es único sino que también es para el profesorado.

La decisión de apoyo según York, Giangreco, Vandercook y Macdonald (1999) no es decisión de un profesional sino es una decisión conjunta entre todos los miembros del equipo educativo que se encargan de la educación de la persona a la que se va apoyar. Aunque el apoyo excesivo puede  tener efectos negativos y por ello, solo hay que proporcionar el apoyo especial necesario. Hay casos en los que es necesario el apoyo de expertos externos al aula para poder ayudar y dar solución a los problemas de dicho alumno, en tal caso la clase se modifica y se organiza no solo para esa persona sino para intentar aprovechar esas necesidades como apoyo para el resto.

Finalmente, hay que resaltar que el apoyo en el aula siempre es una buena herramienta tanto para el alumno que lo necesite como para el resto ya que las clases se deben de organizar de tal forma que se solvente todas las necesidades del alumnado y no solo de la persona que necesite ese apoyo extra. En este caso se ve claramente que en una aula inclusiva se puede llevar a cabo este apoyo a la vez que se sigue el curso de la clase.


Autora: Jara Beigbeder García

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