EDUCACIÓN Y PARTICIPACIÓN

El derecho a la educación es un derecho humano fundamental que permite el completo ejercicio y disfrute de todos los demás seres humanos. Todos los derechos civiles, culturales, económicos, sociales y políticos se disfrutan mejor si las personas poseen una educación mínima. Sin embargo, millones de niños siguen privados de oportunidades para acceder a la educación.  

La educación es un derecho universal de integración social para toda la familia. Por lo que, todo niño tiene derecho a permanecer a una comunidad y compartir las experiencias de la vida cotidiana.

La inclusión hace efectivo el derecho a la educación para todas las personas, sin discriminación ni barreras, para que cada alumno/a tenga una escuela de calidad. Según Booth y Ainscow (1998, 2000), la inclusión comunica que todos los niños y niñas necesitan estar incluidos en la vida educativa y social de las escuelas del barrio y en la sociedad en general.

El objetivo básico de la inclusión es no dejar a nadie fuera de la escuela ordinaria tanto educativa como física y socialmente. Esta idea la comparte autores como Delors (1996) y Zaitegui. Para alcanzarlo, es necesario que los países elaboren una legislación que se dirija a crear escuelas inclusivas, al concebir la Educación Inclusiva como un derecho humano y una educación de calidad para todos.


En definitiva, para que la inclusión sea efectiva es necesaria una cooperación entre los organismos y las familias; un profesorado que reciba apoyos desde fuera y dentro del centro escolar; y una participación real de la familia y la comunidad en los procesos educativos. 


Marina Morón Mesa 

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